Las máquinas llegaron... y no se van a ir.

Ayer por la tarde recibí un correo que había estado esperando por meses. La empresa Open-AI, la cual desarrolla software de inteligencia artificial, me invitó oficialmente a "jugar" con la segunda versión de un software que cambia todo: DALL-E 2.

Hace cuatro años, en una publicación en este mismo blog, escribí: "Estamos todavía a varios años de distancia para que las máquinas puedan emular la sensibilidad de una persona. Por muy complejos y elaborados que sean los algoritmos más modernos, las máquinas aún no son capaces de emular el feeling de un artista o un diseñador entrenado." Hoy, este artículo ya está desactualizado. Las máquinas ya están aquí y llegaron para quedarse.

Un estudio reciente de la Universidad de Oxford ha revelado que casi la mitad de los empleos actuales corren un alto riesgo de ser automatizados en las próximas dos décadas. Esto es especialmente cierto en el sector creativo, donde las computadoras pueden hacer de todo, desde escribir artículos hasta interpretar música y actuar.

No hace tanto tiempo, hablar de las máquinas y su capacidad para emular la sensibilidad humana parecía una fantasía. Sin embargo, hoy en día, la inteligencia artificial (IA) se ha convertido en una tecnología que ha revolucionado nuestra vida cotidiana. Desde la automatización de tareas hasta la generación de contenido, las máquinas están cada vez más presentes en nuestro entorno.

Las máquinas están aquí, y su presencia es cada vez más notable en nuestra vida cotidiana. Sin embargo, a medida que la tecnología avanza, surgen preguntas y preocupaciones sobre los límites y las implicaciones éticas de la inteligencia artificial. ¿Qué papel jugará la IA en nuestra sociedad? ¿Cómo podemos garantizar que la tecnología se utilice de manera responsable y ética? ¿Qué va a pasar con la profesión del diseño? ¿Cómo vamos a incorporar estas tecnolgias en nuestra vida cotidiana?

Este artículo fue parcialmente escrito por una IA 🤖.