No hay duda: estamos viviendo el fin del diseño… como lo conocíamos.
Es un final dramático, como el que vivió BlackBerry con la llegada del iPhone o Blockbuster con el surgimiento de Netflix.
Hace algún tiempo me vi en la engorrosa necesidad de lidiar con el despiadado Servicio de Administración Tributaria (SAT), por el simple hecho de que debía facturar ingresos; los que han tratado con
Tiempo. Esa cosa irremplazable, intransferible e inevitable. Indefensos vemos como los segundos se transforman en minutos que se vuelven horas, días, meses y años.
Todo por naturaleza tiene un ciclo. Un principio y
Cuando yo era niño mi papá hacía diseño. Recuerdo acompañarlo a su despacho en la colonia Roma, ver como limpiaba sus estilógrafos, preparaba sus escuadras y plantillas, extendía sus hojas sobre el restirador,